Las cámaras termográficas para ver a través de las llamas pueden con todo
¿Su operación de calentamiento de procesos necesita un método rápido, sin contacto y no destructivo para capturar información tanto cualitativa como cuantitativa y así poder evitar o reducir el tiempo de inactividad? Por supuesto que sí. Por eso debería considerar la opción de una cámara termográfica para ver a través de las llamas.
Como se explica en la revista «Process Heating»
Si echamos un vistazo a los hornos, calentadores y calderas industriales utilizados en los sectores químicos, petroquímicos y de servicios generales, comprobamos que los diseños operativos actuales son tan variados como las muchas aplicaciones existentes. Algunas plantas cuentan únicamente con dos o tres calentadores, mientras que las plantas de mayores dimensiones pueden llegar a disponer de más de 50. Algunos calentadores simplemente transportan el producto a la siguiente fase del proceso de la reacción al alcanzarse una temperatura predeterminada, mientras que otros llevan a cabo reacciones en el producto cuando este viaja a través de las tuberías.
Independientemente de cuál sea la aplicación, una inspección precisa y rentable de estos procesos en los que intervienen calentadores, hornos o calderas suponen desafíos únicos y exclusivos. Cada vez son más los programas de mantenimiento predictivo (PdM por sus siglas en inglés) industriales y las empresas externas de inspección que recurren a cámaras térmicas equipadas con un filtro de banda ancha espectral diseñado específicamente para ver a través de las llamas, a temperaturas que oscilan entre los -40 y los 816 ºC (-40 y 1500 ºF) o más.
Los infrarrojos localizan el coque y permiten realizar una validación de la temperatura
Las temperaturas de las tuberías metálicas son especialmente críticas en las operaciones con hornos de destilación. Cuando se trabaja con un horno con una temperatura de la tubería metálica próxima a la máxima permitida, los cambios de menos de 111 ºC (200 ºF) pueden reducir considerablemente la vida útil de las tuberías, al pasar de 100 000 horas a solo unos cientos de horas.
En los hornos de destilación, una de las consideraciones principales que se debe tener en cuenta es determinar la acumulación de carbono o la formación de coque. Las áreas con acumulación de coque impiden que el producto absorba de forma uniforme el calor de la tubería, lo que puede provocar altos índices de combustión del horno. En algunos casos, este sobrecalentamiento puede hacer que se superen los valores del diseño de la tubería metálica, cosa que, unida a la presión existente en el interior de una tubería taponada, puede originar una ruptura y provocar una fuga.